¿UNA MANO LAVA LA OTRA?

Crónicas del Este 15/12/2023 Política

Leandro Secinaro

En el complejo entramado de la política muchas veces hay devoluciones de favores o como dice el dicho “Una mano lava la otra”, viendo datos sobre los aportes de campaña y las nominaciones en el Ministerio de Educación y Cultura han desatado una discusión crítica sobre el amiguismo político y la posible devolución de favores.
Vamos directo a la historia que nos atañe: El empresario Horacio Artagaveytia, contribuyente de la campaña que resultó victoriosa del actual Presidente Luis Lacalle Pou, coloca en el foco de atención pública los intrincados lazos entre el financiamiento político y los nombramientos clave en el gobierno.
El informe de aportantes a partidos políticos arrojó luz sobre la colaboración financiera de Artagaveytia, cifrada en aproximadamente 15.000 dólares a la candidatura del actual Presidente de los uruguayos. Esta suma, aunque no extraordinaria en el contexto de las campañas políticas, ha adquirido notoriedad al vincularse con la designación directa de la esposa de Artagaveytia, Adela Dubra, como Presidenta del Sodre en el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.

La sorpresa inicial se acentúa al conocer que Dubra ingresó originalmente como vicepresidenta y posteriormente fue elevada a la posición de presidenta. Este ascenso se produjo a raíz de la salida de Martín Inthamoussú, el ex presidente, quien aceptó una oferta de trabajo en el extranjero. Este tipo de movimientos de personal plantea la cuestión de si la lealtad política y los lazos personales están pesando más en las decisiones de nominación que el mérito y la competencia.
El nexo entre los aportes de campaña y las designaciones en el Ministerio de Educación y Cultura suscita críticas sobre el amiguismo político y la devolución de favores en la esfera pública. El ciudadano común observa con escepticismo cómo las conexiones personales pueden prevalecer sobre la idoneidad y la transparencia en la toma de decisiones gubernamentales.
En este contexto, la falta de claridad respecto a si los 15.000 dólares aportados por Artagaveytia realmente influyeron en la designación de su esposa no hace sino aumentar las dudas y sospechas. La opacidad en estas relaciones alimenta la percepción de que el juego político puede estar sesgado hacia aquellos que tienen la capacidad financiera de contribuir significativamente a las campañas.
El amiguismo político, donde las conexiones personales y lealtades partidistas prevalecen sobre el mérito, erosiona la confianza pública en las instituciones gubernamentales. La meritocracia, que debería ser la base de los nombramientos en el servicio público, se ve amenazada cuando las decisiones parecen estar motivadas por relaciones cercanas y contribuciones financieras más que por la competencia y la experiencia.
La devolución de favores, implícita o explícita, genera una dinámica preocupante en la que los actores políticos pueden sentirse obligados a retribuir el apoyo recibido. Esta práctica, si bien no necesariamente ilegal, plantea preguntas éticas sobre la integridad y la imparcialidad en el servicio público.
En el curriculum de Adela Dubra se puede leer: que realizó estudios en administración de empresas y museología con expertos del Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York.
Fue columnista del diario El País y trabajó en televisión en el programa «Pan & Circo» de Canal 10, junto a Gustavo Escanlar e Ignacio Álvarez.
Fue presentadora del programa «Me lo dijo Adela», de Canal M. Trabajó para la revista Galería del semanario Búsqueda, del que fue su primera directora Mónica Bottero, luego por Adela Dubra hasta julio de 2019, cuando asume como editora Daniela Bluth.
Adela Dubra fue galardonada con el Premio Legión del Libro otorgado por la Cámara Uruguaya del Libro.