SE ROMPIERON LA BOCA EN TREINTA Y TRES

Crónicas del Este 19/03/2024 Política

Leandro Secinaro

La compra reciente de un banquete para 50 personas por parte de la Intendencia de Treinta y Tres ha desatado un enérgico debate sobre el manejo de los fondos públicos. En un momento en que las necesidades de la comunidad son múltiples y apremiantes, destinar la nada despreciable suma de 19.500 pesos a un evento que parece más un capricho que una inversión colectiva, resulta altamente cuestionable. Es innegable que existen áreas y proyectos dentro del municipio que podrían beneficiarse de manera significativa con esos recursos adicionales. ¿Por qué no canalizar esos fondos hacia programas de desarrollo comunitario, mejoras en la infraestructura urbana o incluso invertir en educación y salud? Prioridades más acuciantes que satisfacer los paladares de 50 personas con un festín. Pero lo más preocupante no es solo el destino del dinero, sino la opacidad que rodea la selección de la empresa proveedora del servicio. ¿Quién es "HERNANDEZ MENDEZ ADRIANA CAROLINA"? La falta de información sobre su experiencia previa en eventos similares levanta serias dudas sobre la transparencia en la gestión de contratos por parte de la Intendencia. ¿Fue esta una elección basada en criterios objetivos o hubo influencias externas en juego? Además, la ausencia de detalles sobre el propósito específico del banquete solo agrega combustible al fuego. ¿Realmente era necesario gastar una suma tan considerable en un evento de este tipo? ¿O estamos frente a una celebración superflua disfrazada de reunión oficial? Sin una explicación clara y justificación del gasto, es difícil no percibirlo como un acto de derroche y falta de responsabilidad fiscal por parte de las autoridades municipales. En un momento en que la economía local podría estar atravesando dificultades, es crucial que las decisiones de gasto sean cuidadosamente ponderadas en función de las necesidades reales de la comunidad. La falta de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los fondos públicos socava la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y socava los pilares de la democracia representativa. En resumen, la compra del banquete para 50 personas por parte de la Intendencia de Treinta y Tres plantea interrogantes serios sobre la gestión responsable de los recursos públicos. En lugar de satisfacer caprichos individuales, los fondos deberían dirigirse hacia proyectos que realmente beneficien a la comunidad en su conjunto. Es imperativo que las autoridades municipales prioricen el interés general sobre el particular y se aseguren de que cada gasto esté debidamente justificado y alineado con las necesidades reales de la población.