PUNTA BALLENA: INVERSIÓN EN JUEGO, LA ECOLOGÍA EN DEBATE, Y UN FUTURO CONTROVERSIAL

Crónicas del Este 10/11/2023 Política

Sergio Secinaro

En el hermoso departamento de Maldonado, el perpetuo enfrentamiento entre el desarrollo económico y la preservación del entorno natural emerge una vez más en el escenario, y todo apunta a que el dinero está a punto de triunfar una vez más. El epicentro de esta contienda es el "Complejo Residencial Punta Ballena", un proyecto ambicioso que se alza en las laderas de Punta Ballena, en la costa de Maldonado, liderado por un grupo de inversores encabezados por el empresario argentino Delfín Ezequiel Carballo, ex presidente del Banco Macro.
Este proyecto, que abarca nueve hectáreas de terreno y prevé la construcción de 29 edificios con un total de 320 apartamentos, ha desencadenado una férrea oposición por parte de los residentes de Punta Ballena y diversas organizaciones comprometidas con la preservación del área.
La historia de estas tierras se remonta a la década de 1970, durante la dictadura militar, cuando las autoridades utilizaron terrenos de Punta Ballena para la construcción de una ruta panorámica y un circuito turístico. Esto desencadenó una larga batalla legal con los herederos de Antonio Lussich, propietarios originales del terreno, que finalmente recuperaron 11 hectáreas tras un fallo judicial.
En 2012, propietarios y autoridades departamentales acordaron que ciertas áreas del terreno permanecerían de acceso público. Sin embargo, con el tiempo, los herederos de Lussich entablaron conversaciones con inversionistas para permitir la construcción de un gran complejo residencial, lo que requería varias aprobaciones oficiales, incluyendo la autorización ambiental. Esta última aprobación es el último escollo pendiente y representa la última esperanza para los residentes locales.
Este proyecto ha suscitado el rechazo de quienes valoran la belleza natural de la zona panorámica, un tesoro nacional que es un emblema de la belleza natural del país. La construcción de 29 edificios en las rocas podría alterar irremediablemente este paisaje único, con su serpenteante camino en la colina que se adentra en el mar. Además, las voces críticas argumentan que la llegada de una gran cantidad de apartamentos tendrá un impacto significativo en los servicios y la demografía de la zona.

LO QUE DICE EL INFORME MEDIOAMBIENTAL

Crónicas del Este ha obtenido acceso al informe medioambiental del proyecto, que establece: "El proyecto busca la coexistencia armoniosa entre residentes y turistas, con el objetivo de mejorar la imagen turística y fortalecer la economía local". El informe recoge datos generales del proyecto, entrevistas con los residentes locales y un análisis técnico del paisaje. Además, señala que se llevaron a cabo informes con especialistas en el área y entrevistas en profundidad semiestructuradas, así como un taller participativo para recopilar información de diversos actores sociales de la comunidad.
El propio proyecto reconoce el impacto en la zona panorámica de Punta Ballena. Según el informe ambiental, el proyecto planea un desarrollo inmobiliario en áreas privadas, pero cederá una parte significativa de los terrenos afectados al proyecto para uso público, incluyendo la ruta panorámica y miradores, con el fin de preservar las actividades actuales en la zona. Esto requerirá ajustes en las actividades turísticas, recreativas y deportivas que actualmente se realizan en terrenos privados, adaptándolas a las nuevas condiciones de Punta Ballena. Además, se menciona que la construcción del proyecto impactará el 34,6% del área de vegetación natural de Punta Ballena. No obstante, el informe sugiere que, si se aplican rigurosamente medidas de conservación y restauración ecológica, junto con un enfoque de paisajismo sostenible, es poco probable que la presencia del proyecto tenga un impacto significativo en la viabilidad a largo plazo de las especies de flora prioritarias para la conservación, incluyendo las amenazadas o endémicas en Punta Ballena, dentro de los límites considerados admisibles.Se han implementado medidas para minimizar los impactos ambientales, que incluyen un programa de restauración ecológica y paisajismo sostenible, control de flora invasora, mejoras en la infraestructura en áreas públicas para evitar la perturbación de la vegetación natural, y una rigurosa supervisión de la zona pública. Además, se ha trabajado en la integración del proyecto en el paisaje de Punta Ballena, considerando los cambios en la zona, y se ha asegurado el acceso público a Punta Ballena para que el público pueda seguir disfrutando de su carácter icónico.
El informe medioambiental también destaca que la inyección demográfica que podría derivarse del proyecto impulsará la economía en la zona circundante. Además, durante la fase de operación, se percibe una expectativa positiva por parte de la comunidad local en relación al desarrollo económico y urbano asociado al proyecto.

LA LOCOMOTORA DE ANTÍA

El gobierno del intendente Enrique Antía respalda este proyecto con su bancada de ediles, a excepción del edil nacionalista Adolfo Varela, quien ha manifestado su oposición a esta iniciativa en su forma actual.
En base a la experiencia acumulada en proyectos previos, es probable que el proyecto de edificios en Punta Ballena se concrete, siguiendo la tendencia de iniciativas controvertidas que han llegado a buen puerto. Basta recordar el caso del Hotel San Rafael, que fue demolido sin tener en cuenta su valor histórico para dar paso a un hotel y casino cuya realización está aún lejana.
El debate sobre el "Complejo Residencial Punta Ballena" continuará, y la balanza se inclina hacia el desarrollo económico a pesar de las preocupaciones ambientales y la resistencia de algunos sectores. La decisión final recae en las autoridades y en la capacidad de los inversores y la comunidad local para llegar a un acuerdo que respete el equilibrio entre la inversión y la preservación del entorno natural.