PHARMIN S.A: “OTRA VEZ TODO FUE HUMO”

Crónicas del Este 25/03/2024 Política

Sergio Secinaro

EL ENIGMÁTICO VIAJE DE FRANCISCO BUSTILLO A GEORGIA

Así parecen hacer negocios los integrantes de la casta política de este gobierno. Siempre con un as bajo la manga. El Prosecretario de la Presidencia, Dr. Rodrigo Ferres firmaba el 5 de octubre de 2021, la designación de Francisco Bustillo Bonasso entre los días 14 y 31 de agosto de 2021, a la ciudad de Ereván, República de Armenia, a la ciudad de Tibilisi, Georgia (pongamos especial énfasis en este destino), a la ciudad de Estambul, República de Turquía, a la ciudad de Ankara, República de Turquía, a la ciudad de Madrid, Reino de España, con el propósito de profundizar en las relaciones políticas, culturales, económico comerciales y de cooperación. La noticia no debería llamar mayormente la atención, teniendo en cuenta que Francisco Bustillo se ha recorrido el mundo gracias a su cargo de Canciller, como tampoco es llamativo a que gracias a ese viaje se haya embolsado una jugosa suma de dólares en viáticos o que haya viajado en clase ejecutiva. No, por ahí no pasa la noticia. Francisco Bustillo, conocido por su cargo como Canciller, aprovechó su estadía en Georgia para entablar conversaciones que, según fuentes de la agencia de noticias EFE, podrían tener un impacto significativo en el panorama económico y comercial del país. Durante su visita a Tiflis, propuso a su homólogo georgiano, David Zalkaliani, iniciar negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre ambos países. Esta propuesta, aparentemente inocente, podría tener implicaciones de gran alcance para Uruguay y Georgia, dos naciones con potencial aún por explorar en términos comerciales. Pero lo más intrigante de todo es la conexión entre estos fines tan “altruistas” para el país y un negocio muy en boga por estos tiempos: el cultivo de cannabis con fines medicinales. Prosigamos con la historia, la empresa Gilkenal SA, con sede en Zona Franca y creada en 2019, recibió una licencia de cultivo de cannabis por parte del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) en Uruguay. Sin embargo, lo que parece ser una coincidencia más bien parece una cuidadosa jugada detrás de escena.

LA APARICIÓN DE LOS GIORGIANOS Y EL HERMANO DEL MINISTRO

La aparición de inversores georgianos interesados en financiar la construcción de un invernadero y un laboratorio de procesamiento de aceite de cannabis parece estar relacionada de manera sospechosa con la visita de Bustillo a Georgia. Por Resolución N°44/2020 de fecha 13 de agosto de 2020, la Junta Directiva del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) otorgó a Gilkenal SA una licencia de cultivo de Cannabis con fines medicinales en el Uruguay. Afreguemos que Gilkenal SA fue creada en el año 2019 acogiéndose para operar en Zona Franca. De pronto y seguramente no por casualidad, aparecieron inversores giorgianos en Uruguay, dispuestos a invertir en la construcción de un laboratorio de procesamiento de aceite de cannabis... Los georgianos habrían desembarcado en una lujosa oficina del World Trade Center de Montevideo y como nexo uruguayo en el negocio, oficiaba el uruguayo Nicolás Bustillo Bonasso, ¿le suena? Casualmente y mire que hay casualidades en nuestro país, Nicolás Bustillo es el hermano de Francisco, por ese entonces Canciller de Uruguay, que había ido a hablar a Georgia para “captar” inversores. ¿No es fantástico? Nicolás Bustillo, casualmente, solo por esas casualidades, apareció nuevamente en el Uruguay tras 20 años de vivir en el extranjero, junto con su esposa, una contadora recibida en Argentina, por agosto de 2020, sirviendo de nexo entre georgianos y el gobierno de Luis Lacalle Pou, donde su hermano (Francisco), era nada menos que Canciller, Ministro de Relaciones Exteriores. En tanto, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), el 13 de agosto, dio el visto bueno a dos peticiones presentadas por la empresa Pharmin SA (que se encargaría de la producción de canabbis medicinal). En la primera, se otorgó una licencia por tres años para la producción de cannabis con fines medicinales y también aprobada concedió a la empresa la autorización para realizar la elaboración de aceites de cannabis, la elaboración de cápsulas de gel, entre otras cosas. Al igual que el proyecto de Boreal, impulsado por el polémico empresario fallecido Gonzalo Aguiar, este emprendimiento también fue presentado por el gobierno Multicolor como un negocio de “punta” para todo el Uruguay. En noviembre de 2020 autoridades de Gobierno, incluido el propio prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés y el canciller Francisco Bustillo, visitaron la planta y ante los medios de prensa afines, se deshicieron en elogios para esta iniciativa.

NADIE DA LA CARA

Pero también al igual que lo de Boreal, esto prontamente se convirtió en “puro humo”... es que la marcha de la explotación del negocio fue un desastre desde un primer momento y dentro del accionar, casi todo fue un fiasco...Deudas a proveedores, contrataciones extrañas a extranjeros de los más diversos confines del mundo y accidentes laborales impresentables, daban la pauta de que esto era una “fantasmada”. El triste epílogo de este supuesto negocio de "punta" para Uruguay no podría ser más desalentador. Al igual que ocurrió con Boreal, otro proyecto que terminó en desastre, las promesas de prosperidad y desarrollo se desvanecieron en el aire, dejando tras de sí una estela de deudas impagas, trabajadores desamparados y un sabor amargo de engaño. La repentina desaparición de Pharmin S.A., justo después de denunciar un supuesto robo de sustancias, levanta sospechas sobre la verdadera naturaleza de este emprendimiento. ¿Fue todo una fachada para actividades ilícitas? Las denuncias de la UNATRA, que revelan el presunto cultivo y exportación ilegal de variedades de cannabis con alto contenido de THC, plantean interrogantes sobre la integridad y la legalidad de las operaciones de esta empresa. Pero más allá de las cuestiones legales, hay una realidad innegable: los trabajadores han sido los más perjudicados en este oscuro capítulo. Sin haber cobrado un solo peso por su arduo trabajo, muchos de ellos son jefas de hogar que se enfrentan al inicio de clases con las manos vacías y la incertidumbre del futuro. En este contexto desolador, es imperativo que los diputados y las autoridades del gobierno respondan a este llamado de ayuda. No podemos permitir que la negligencia y la falta de responsabilidad de unos pocos arruinen la vida de tantos. Es hora de que se haga justicia y se brinde apoyo a aquellos que han sido afectados por esta trama de engaño y abuso.