EL SENADOR COUTINHO NO PUEDE HABLAR DE ÉTICA POLÍTICA, ACOMODÓ GENTE EN CTM Y A SU HIJO EN TURISMO

Crónicas del Este 19/11/2023 Política

Leandro Secinaro

En medio de la agitación política en Salto, una serie de revelaciones sobre acomodos en la Comisión Técnico Mixta de Salto Grande (CTM) y otras instituciones estatales ha puesto bajo el escrutinio público primero al nacionalista Carlos Albisu, el cuál renunció y ahora al senador Germán Coutinho. La designación de su hijo como Coordinador del Ministerio de Turismo en la Región Litoral, con un salario mensual de $140.000 por mes ha desencadenado críticas en su momento y suscitado dudas sobre la integridad del político y su sector "Vamos Salto", que a esta altura es un plato de ñoquis, que no se conformaron con fundir la represa y quieren seguir atornillados.
La reciente renuncia de Carlos Albisu como Presidente de CTM, tras acomodar a correligionarios con sueldos elevados, ha dejado a Germán Coutinho aparentemente en una posición ventajosa a nivel político porque era un rival directo más alllá de los pactos. Sin embargo, las revelaciones indican que Coutinho también ha llevado a cabo acomodos, utilizando la política como una herramienta de negociación para obtener beneficios económicos personales.
Se ha señalado que Coutinho, a través de "Vamos Salto", ha utilizado su influencia para obtener comisiones económicas de aquellos a los que coloca en cargos dentro de Salto Grande y otras instituciones. El despido de Carolina Tolosa de CTM, supuestamente relacionado con su negativa a pagar a Coutinho un porcentaje de su salario, ilustra esta controvertida práctica. La trama política se complica aún más con la ocupación de la vacante dejada por Tolosa por la Diputada suplente Agustina Escanellas, quien también se ve envuelta en las supuestas exigencias de comisiones por parte de Coutinho, que hay que recordar que prefirió irse del sector antes que largar la ubre de la CTM, una ubre que no escatima en sueldos estrambólicos.
Otro episodio destacado es la suspensión del proyecto de la Oficina de Coordinación de Turismo para el Litoral en el Puerto de Salto. Se rumorea que Germán Coutinho planeaba ubicar a su hijo, Carlos Coutinho, en esta oficina con un salario de 300 mil pesos mensuales. Este aparente acto nepotismo ha generado inquietudes sobre la ética y la transparencia en la toma de decisiones políticas.
La situación política en Salto se torna desalentadora para muchos votantes que sienten que Coutinho utiliza la política como un negocio personal. Las promesas de campaña no cumplidas y las acusaciones de cobro de comisiones a aquellos colocados en cargos públicos contribuyen a la frustración y el desencanto. La ciudadanía se pregunta si la representación política en Salto está verdaderamente centrada en el servicio público o si se ha convertido en un medio para la obtención de beneficios personales.
Las especulaciones sobre la apertura de locales partidarios en varios departamentos del interior alimentan la preocupación de que Coutinho esté más interesado en su continuidad como senador que en el bienestar de sus seguidores. Este presunto enfoque partidista y personalista podría socavar la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático y sus representantes.
En este contexto, es fundamental examinar la ética y la integridad de los líderes políticos. La controversia y la insatisfacción de los votantes plantean la interrogante de si Germán Coutinho pagará el costo político de sus acciones o si estas revelaciones quedarán impunes, arrojando una sombra sobre el panorama político de Salto.
Las acciones de Coutinho y su presunta utilización de la política como un medio para obtener ganancias personales ponen a prueba la salud del sistema democrático en Salto. Los ciudadanos observan con atención el desarrollo de estos eventos, cuestionando la integridad de la política uruguaya y sus líderes. La polémica y preocupante situación política en Salto subraya la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública para restaurar la confianza de la ciudadanía en sus representantes.